El African Trader

El African Trader en 1937
Cómo empezó la evacuación al norte de África 

El 28 de enero de 1939 en Figueras se reunieron una serie de diputados afines a Largo Caballero con Rodolfo Llopis para definir y empezar a organizar la evacuación de los cuadros del partido socialista y los republicanos más comprometidos, que habían quedado atrapados en la llamada zona centro-sur, ante el inminente y fatídico final de la guerra. El 9 de febrero Llopis se reunió en París con José Calviño, Jefe de la Oficina Técnica Española, que quedó en enviar dos barcos a Alicante y los fondos para conseguir más barcos y organizar la acogida en Argelia. A los pocos días Llopis se entrevistó en Orán, junto al diputado francés Maruis Dubois, con las autoridades oranesas para que fueran favorables a acoger a los españoles que en breve pedirían asilo en Argelia. Y organizó con ayuda de la CGT y la Federación  Sindical Internacional una oficina en los locales de la SFIO (Sección francesa de la Internacional obrera), donde empezaron a funcionar con donativos de estas organizaciones y de la población local. Pues todavía no había llegado el dinero de París ni el azafrán que las distintas agrupaciones estaban reuniendo para conseguir más fondos para la evacuación.

En los primeros días de marzo fue cuando empezó a llegar en mayor cantidad barcos a Orán. Algunos eran veleros o pequeñas embarcaciones con pocos españoles, otros eran buques mercantes que no llevan más de cuarenta o sesenta personas como el  Burrengton Canle o el African Explorer. Todo cambió cuando el día 21 llegó desde Alicante el African Trader con 859 personas (cifra que se eleva a 1.250 según otras fuentes). Las autoridades alarmadas impidieron que entrase el barco en el puerto e incluso amenazaron con romper las amarras y remolcarlo fuera de la rada. Los españoles ante el temor de no poder pedir asilo e ir vagando de puerto en puerto, o incluso tener que regresar a España, sabotearon el motor del barco.
Rodolfo Llopis y el diputado socialista francés Marius Dubois negociaron con las autoridades y consiguieron del Prefecto, después de varios días de tiras y aflojas, que pudieran desembarcar mujeres, niños y una parte del pasaje. Sin embargo en medio de la rada del puerto quedaron atrapados 272 republicanos durante más de un mes. A partir del día 25 envían más barcos a Alicante para evacuar a todos los republicanos que pudiesen sin importar si eran de uno u otro partido político.
Desde el African Trader vieron llegar al resto de embarcaciones como el Stanbrook, o el Lezardieux que también corrieron la misma suerte, pues tuvieron que sufrir una cuarentena encerrados en los barcos sin apenas alimentos, en unas condiciones deplorables, y sin la más mínima consideración como refugiados que eran. En esos días las autoridades francesas negociaron con las de Londres que los barcos con matrícula británica atracasen en Malta o Gibraltar. No lo consiguieron.

Mientras tanto en Valencia en los últimos días de marzo desde el Consejo Nacional de Defensa se había intentado organizar la evacuación de miles de republicanos que huían en desbandada. Fracasaron. Las promesas del coronel Casado de que Franco le había prometido que dejarían exiliarse a quien quisiera fueron mentira o una tomadura de pelo. Los que pudieron a título particular huyeron en barcas de pesca, veleros o lanchas, cualquier cosa que flotase servía. También el partido comunista trajo de Francia el Lezardieux.
  
La mayoría de los pasajeros del African Trader creían que el barco les llevaría a México donde podrían iniciar una nueva vida en un país libre y quizás en poco tiempo la dictadura del General Franco acabaría y podrían regresar a España donde muchos habían dejado a su familia, su trabajo, su casa… Nada más lejos de la realidad. Les esperaba la Argelia colonial que tras impedir que desembarcasen o viajasen a otro país, los recluyó a la mayoría en campos de concentración, luego tras el armisticio con la Alemania de Hitler muchos fueron llevados a campos de trabajos forzados o de castigo. Los que sobrevivieron tuvieron que integrarse en un largo y duro exilio.

Relación de las militantes del Psoe del African Trader. (Fuente: Dramas de Refugiados, epistolario de R. Llopis edición de B. Vargas y F. Moreno)

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